Hoy le he hecho una entrevista a mi abuela Mari Ángeles Urain. Una mujer trabajadora de Mendaro con una vida dedicada a la familia.
Vamos a comenzar con las preguntas:
Cuando tenía 12 años mi tío me regaló un pato. Ya no lo podía cuidar porque en su casa ya no entraba así que nos lo dio. Al principio era raro tener un pato como mascota pero se convirtió en mi mejor amigo. Me seguía a todas partes y jugaba conmigo. Pero un día festivo, sin que mis padres me lo dijeran, mataron l pato y lo pusieron al horno. Al no ver a mi apto pregunte a mis padres pero ya era demasiado tarde. Lo comieron ellos ya que yo ni lo quería ver muerto. Desde entonces no he querido tener una mascota por miedo a perderla. Esta entrevista me ha hecho reflexionar y pensar en muchas cosas. Haciendo algunas de las preguntas me he dado cuenta de lo importante que es la familia. Hoy en día, con tantas tecnologías y cosas que hacer no sabemos apreciarlo y debería ser algo imprescindible. Por otra parte, no apreciamos nada la educación. Nos parece que yendo al colegio vamos a perder tiempo y que nos hacen exámenes para agobiarnos. Al contrario, nos están dando la oportunidad de tener un futuro mejor. Y después de escuchar a mi abuela decir que debería haber estudiado más, yo no voy a dejarlo escapar.
0 Comentarios
El 12 de diciembre de 1874, un barco alemán se hundió en la playa de Zarautz, cerca del canal. Era un día lluvioso y con gran oleaje, así que el capitán decidió desembarcar en la playa. Fue una maniobra difícil dada las olas y las mareas vivas, pero lo consiguieron. Los marineros, junto al capitán, decidieron hospedarse en una casa de Zarauz, dejando un perro enorme y rabioso, Gustav, cuidando del barco. Si alguna persona se acercaba por la curiosidad o con otras intenciones, Gustav ladraba como un maldito y los espantaba enseguida.
Mientras aquella noche de invierno los tripulantes estaban pasando un buen rato, comiendo y bebiendo, el navío se estaba hundiendo en las aguas gélidas. Un rayo veloz e inesperado quemó el mástil. Al mismo tiempo, una enorme ola chocó contra la popa haciendo un agujero, que cada minuto que pasaba se hacía más y más grande. Eso provocó que el agua entrara por todo el casco y así la nave empezó a hundirse. Gustav no podía hacer nada más que ladrar, pero nadie le oyó. Al día siguiente los marineros vieron como el navío se había hundido y decidieron volver a Alemania. Desde entonces, en las noches oscuras de invierno, cerca de los restos del barco, oirás los ladridos desesperados de Gustav. Comentario
|
Yo recomiendo este libro a aquellas personas que les gustan las historias de amor, amigos y se basan en entretener y divertir al lector. Es un libro que me gusta mucho y lo he leído un par de veces. |
Febrero 2017
Noviembre 2016
Abril 2016
Marzo 2016
Enero 2016
Diciembre 2015